viernes, 4 de noviembre de 2011

Análisis Teológico


Una vez más debemos recordar la primera de las dos preguntas que nos hemos de hacer al tratar de interpretar un pasaje de la Biblia:
¿Cuál fue el MENSAJE que Dios por medio del autor quiso comunicar a su audiencia original?

Uno de los asuntos que debemos determinar para dar fiel respuesta a esta pregunta es lo que él o los autores creían en cuanto a Dios, es decir que debemos:

Hacer el análisis TEOLÓGICO del pasaje que estamos estudiando, esto incluye:
a.    ¿Cómo se relaciona este texto con el resto de la Escritura?
                                  i.    Pasajes del mismo mensaje
Son aquellos pasajes que relacionamos con el texto porque abordan la misma temática del pasaje que estemos estudiando. Ejemplo de esto es: Prov. 6:6-11; 2 Tes. 3:6-15; estos textos guardan alguna relación porque ambos hablan sobre la importancia de la “laboriosidad”. Estos pasajes nos ayudan a ampliar o confirmar la enseñanza bíblica respecto a un tema.

                                ii.    Pasajes paralelos
Son aquellos pasajes que son semejantes al que estemos estudiando; un texto que aparece más de una vez. Ejemplos:
a.   Mat. 8:28-34, Mar. 5:1-20 y Luc. 5:27-32.
b.   Éx. 31:18-32:35 y Deu. 9:6-29.
c.    2 Re 18: 13-37, 2 Cr. 32:1-19 e Is. 36:1-22.
Los pasajes paralelos nos ayudan a ampliar la información sobre el texto que estamos estudiando. Es importante revisarlos y ver qué información extra nos brindan.

                               iii.    Cita explícita
En ocasiones los autores bíblicos  (especialmente en el NT) citan de manera explícita partes de libros que se escribieron antes; esos libros forman el fundamento teológico de sus libros. Los autores del NT usan los libros del AT como su soporte; los profetas y otros autores del AT usaron la ley como el soporte de sus libros, especialmente se apoyaron en el libro de Deuteronomio. Ejemplo: Marcos en la introducción de su libro dice abiertamente “Como esta escrito en Isaías el profeta” y a continuación anexa un par de citas (Mar. 1:2-3): Mal. 3:1 e Is. 40:3. Notemos que Marcos explícitamente nos está diciendo que estas palabras están tomadas de un libro anterior.

En los casos en que hay una cita, una referencia, una alusión o un eco el proceso que debemos seguir es el mismo:

1.    Comparar y contrastar el texto citado en el pasaje que se está estudiando y en su contexto original.
2.    Estudiar el texto citado en su contexto y tratar de comprender la idea del autor (cuando un autor cita otro versículo eso incluye tener en cuenta el contexto).
3.    Analizar las implicaciones que tienen las observaciones hechas del versículo citado en su contexto original en el pasaje que estamos estudiando.

                               iv.    Referencia
Llamamos referencia a las citas implícitas que autores bíblicos hacen de otros libros bíblicos. Ejemplo: Marcos 4: 12 no dice “como está escrito en Isaías el profeta” pero coloca las palabras que están en Isaías 6:10.

                                v.    Alusión
Llamamos alusión cuando se usan un par de palabras que traen a la memoria unas palabras que están en otro libro bíblico. Ejemplo: Marcos 11:17 dice “cueva de ladrones” estas palabras debieron haber hecho pensar a sus oyentes en Jer. 7:11.

                               vi.    Eco
Llamamos eco cuando el autor no cita ni explícita, ni implícitamente un pasaje, tampoco usa palabras de un pasaje anterior pero la escena que nos presenta hace inevitable que pensemos en un suceso de un libro que le antecede. Ejemplo: Mateo 2:16-18 nos cuenta la historia de la masacre de los niños; este pasaje nos debe hacer pensar en Éxodo 1 cuando faraón ordena la matanza de los niños.

                              vii.    Tipología
Esto ocurre puntualmente en comparaciones que hacen autores del NT de personas, instituciones y otros, con personas, instituciones y otros del AT. Ejemplo: Jesús dijo en Juan 3:14 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre”; Jesús se estaba comparando con la serpiente de bronce que hizo Moisés. Ahora bien, hay algunos peligros que se deben evitar con las tipologías:

1.    Las comparaciones no se deben extender más allá de lo que evidentemente el autor quiere que lo entendamos. Es decir, cuando Jesús se compara con la serpiente de bronce lo que se nos está diciendo es que Jesús va a ser levantado, crucificado, para que podamos poner los ojos en él y vivir (como por mirar a la serpiente de bronce vivían a pesar de las picaduras de las otras serpientes). Resultaría ridículo tratar de decir que así como la serpiente era de bronce Jesús sería de bronce o cualquier tipo de asunto así; tengamos cuidado de no extender las tipologías a puntos risibles.
2.    Los intérpretes, nosotros, no estamos en autoridad de establecer nueva tipologías, estas ya fueron establecidas por los autores del NT. Nuestro papel es entender las que ellos formularon no establecer unas nuevas. “Es que Jesús es como Josías porque…” si el NT no establece la tipología no es válido hacerla.
3.    Las tipologías funcionan de delante hacia atrás, no de atrás hacia delante. Es decir, al predicar Éxodo 21:1-9 no podemos decir que esa serpiente era Cristo y que los Israelitas en verdad están viendo a Jesús; eso no es el sentido que el autor de Éxodo le quiso dar a sus palabras.

b.    El concepto de revelación progresiva[1]
Un asunto importante al interpretar la Biblia es el concepto de “revelación progresiva”. Al hablar de revelación progresiva estamos diciendo que una enseñanza, concepto, acción o mandato del AT es parcial o incompleta sin la revelación del NT; por tanto, al estudiar el AT, debemos ver si el NT amplía, completa o modifica lo que el pasaje del AT nos enseña.

c.    Preguntas
Hay algunas preguntas que nos ayudan a ver que se expone a nivel teológico en un pasaje:
·         ¿Qué dice este texto sobre Dios y su obra?
·         ¿Quién es Dios en este texto?
·         ¿Qué se nos dice de Dios en este texto?
·         ¿Cómo se describe?
·         ¿Quién es el ser humano?
·         ¿Qué se nos dice sobre el hombre?
·         ¿Cómo se describe?
¿Qué nos dice sobre el pecado?



[1] SPACHT, Randall. Estudio Bíblico Metódico, manual. Publicaciones FUSBC : 2007 p. 83-84.

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