- Interpretación
del AT
Lectura
recomendada:
MARTÍNEZ,
J. M. Interpretación del Antiguo
Testamento. p. 237-260 EN: Hermenéutica
Bíblica. Terrasa, Barcelona : CLIE, 1984. 586 p.
Durante
el bimestre pasado se habló de los parámetros generales que se deben tener en
cuenta para la correcta interpretación de la Escritura. Sin
embargo, un lector novato de la
Biblia puede distinguir que en ella no se encuentra un cuerpo
único de literatura, sino que alberga una gran diversidad de géneros
literarios. Notar esta diferencia es el primer paso que se debe dar para afinar
mejor la interpretación.
La
afirmación anterior se percibe de manera inmediata al comparar los Testamentos
que en ella se encuentran: Antiguo y Nuevo. Cada uno de ellos tiene su propia
personalidad, y a pesar de la obvia relación entre ellos, sus peculiaridades
son importantes a la hora de interpretarlos.
Ahora
bien, en este punto se disertará sobre la interpretación del Antiguo
Testamento, pues ésta ha producido un sinnúmero de dificultades desde el
comienzo de la era cristiana. Las dificultades mencionadas se presentan al
comparar el Antiguo y Nuevo Testamento, pues para algunos es evidente que
existen grandes diferencias entre ellos. A este respecto Martínez
señala que han existido tres formas básicas en que se ha tratado de superar
estas diferencias:
- Negación de toda
validez del Antiguo Testamento
- Alegorización de su
contenido
- Establecimiento de una
dicotomía entre lo permanentemente valido y lo caducado o inadmisible
Ninguna
de estas tres salidas puede ser valida para el lector que acepta la inspiración
y autoridad de las Escrituras.
Martínez
señala algunos elementos que se deben tener en cuenta para la correcta comprensión
e interpretación del AT; en mayor o menor medida esos elementos estarán
contenidos en las siguientes líneas; sin embargo, esas apreciaciones estarán
filtradas y en parte modificadas por apreciaciones personales frente al tema.
Así pues algunos elementos a tener en cuenta son:
1.
En el AT se encuentra la historia del pueblo de Israel; historia en la cual
Dios se reveló constantemente, lo que hace que ésta no sea meramente historia
sino, que en ella se entremezclen lo histórico y lo teológico. Dicho en otra
manera, en el AT se tiene la historia del pueblo de Dios en relación con su
Dios y el mundo circundante. También es importante señalar algunos elementos,
entre otros, que hacen de la fe expresada en el AT una fe singular: a.
Monoteísmo radical; b. Religiosidad ética; c. Concepción teológica de la
historia.
2.
La relación entre el AT y el NT es
clave para una correcta interpretación de cualquiera de los dos. Pues no se
puede violentar el principio de armonía de las Escrituras. La correcta
interpretación no levanta contradicciones entre las partes de la Biblia, antes bien es
iluminada por el resto de la misma. En este punto vale la pena remencionar el
principio de “revelación progresiva”, es decir, la interpretación de una parte
de la revelación debe ser entendida a la luz de la revelación posterior.
3.
Discernimiento de elementos continuos y
discontinuos. Es evidente que en el NT existe un ánimo de continuidad con
el AT; sin embargo, no es menos evidente que en alguna manera ese AT es
transformado profundamente y algunos de sus elementos caducan. Precisar que no
continúa y que sí, es una tarea difícil que sólo puede ser realizada con un
buen conocimiento de los dos testamentos.
4.
Diversidad y limitaciones de las normas
del AT
5.
Fondo cristocéntrico del AT
6.
Legitimidad y límites de la tipología
Todo
esto se puede reducir a una norma muy clara:
“El
interprete debe esforzarse por encontrar el mensaje que el autor
veterotestamentario quiso comunicar a su audiencia original; luego debe revisar
como ese mensaje es afectado por la revelación posterior, específicamente por
el NT, para poder hacer una buena aplicación de dicho mensaje”.
Un
último asunto acerca de la interpretación del AT es: a pesar de que en este
apartado hemos tratado el AT como un todo, es necesario precisar que en él hay
diversas formas literarias y que cada una de ellas merece una atención especial
de parte del intérprete.
- Literatura
“legal” del AT
Lecturas
recomendadas:
FEE, Gordon; Stuart, Douglas.
La ley: las estipulaciones del pacto para
Israel. p. 133- 146. EN : La lectura
eficaz de la Biblia. Miami : Vida, 1985. 224 p.
RAMIREZ,
José E. Las leyes del Antiguo Testamento.
p. 216-243 EN: Descubre la Biblia. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2005. 550 p.
¿Qué
es?
Al
hablar de la literatura legal se está haciendo referencia a lo que Jesús y
contemporáneos conocían como la Ley. En el
sentido amplio esta palabra se usaba para referirse a todo el AT.
Sin embargo, en un sentido más reducido al hablar de la Ley se estaba haciendo
referencia a los primeros cinco libros de la Biblia. Curiosamente
se incluye en este paquete el libro de Génesis que contiene material más de
carácter narrativo que legal. Fee señala “…cuando se habla de la “Ley” en la Biblia, se habla de toda la
información contenida entre Éxodo 20 y Deuteronomio 33”.
Por su parte Ramírez reduce mucho más el asunto: “… Estas leyes de la Torah han sido clasificadas
por los especialistas modernos en al
menos tres distintas colecciones llamadas códigos… Estas son: el código de la
alianza: Ex 20.23—23.33; el código deuteronómico: Dt 12—26; el código de santidad
Lv 17—26”.
Así
pues, se puede concluir que hay una tendencia a tomar como literatura legal
sólo aquellas partes dentro del Pentateuco que son material jurídico, es decir,
los mandamientos que se encuentran en la Torah.
¿Su
relación con otros códigos jurídicos de la época?
Otro
asunto interesante al estudiar la literatura legal del AT son sus sorprendentes
paralelos con los códigos legales de sus vecinos, especialmente con el código
de Hamurabi; sin embargo y a pesar de las grandes similitudes, también es
preciso mencionar sus grandes diferencias, por ejemplo: en lo tocante a los
extranjeros.
¿Por
qué interpretar ese material?
Algunos
cristianos podrían decir “qué importancia tiene interpretar esos códigos”,
finalmente los creyentes no vivimos bajo la ley sino bajo la gracia”; pues
bien, hay unas buenas razones para que los cristianos conozcan, comprendan e
interpreten el material jurídico contenido en el AT:
a.
Porque esos textos fueron y son Palabra de Dios, de no ser así tendríamos que
eliminarlos de la Biblia;
claro está, que esto no quiere decir que esos textos sean mandamientos de Dios
para el cristiano.
b.
En buena medida esos textos proveen el trasfondo necesario para una mejor y más
correcta interpretación del NT. La
Ley tuvo un sentido pedagógico que preparaba a Israel y en
general al mundo para la venida del Señor Jesucristo. Por tanto, es imposible
entender la persona y obra del Señor Jesucristo alejados de su inminente
contexto judío-legal.
c.
Los textos de la Ley
revelan en una forma a Dios y su carácter, Dios es un Dios que no cambia, así
pues, al conocer el Dios del AT se está conociendo al Dios del NT. La posterior
mezcla del cristianismo con diversas filosofías occidentales logro nublar la
imagen de Dios que se convirtió en un pálido reflejo del Dios de la Biblia.
d.
A manera de desarrollo del inciso anterior, es necesario afirmar que en el AT
se refleja una fe mucho más enraizada en este mundo. En muchas ocasiones el
cristiano eleva demasiado su esperanza escatológica que logra olvidar su
responsabilidad temporal en este mundo: vivir reflejando a Dios en esta vida.
En este sentido el AT ayuda a comprender la fe, la santidad y otros asuntos
como aspectos que se deben incorporar ya en la vida del creyente. El carácter
práctico de la Ley
puede servir como un buen manual para hallar principios para la vida en este
mundo.
¿Cómo
interpretar los textos legales?
Una
vez se tienen en cuenta las apreciaciones hechas anteriormente, un material de
gran ayuda e este respecto es la página 146 del libro de FEE y STUART.
Ejemplo:
Deuteronomio 14.28-29
Para
más ejemplos consúltense los libros citados en las lecturas recomendadas, ambos
contienen un buen número de ellos.
- Pautas de
Interpretación de las narraciones del AT
Lecturas
recomendadas:
FEE,
Gordon; STUART, Douglas. Las narraciones del Antiguo Testamento: su
uso apropiado. p. 65—79. EN : La
lectura eficaz de la
Biblia. Miami : Vida, 1985. 224 p.
SANCHEZ,
Edesio. Relatos bíblicos. p. 177-197
EN: Descubre la Biblia. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2005. 550 p.
MARTÍNEZ,
J. M. Textos Narrativos. p. 261-291
EN: Hermenéutica Bíblica. Terrasa,
Barcelona : CLIE, 1984. 586 p.
La semana pasada al terminar el tema de la interpretación
del AT, se advirtió: “a pesar de que en este apartado hemos tratado el AT como
un todo, es necesario precisar que en él hay diversas formas literarias y que
cada una de ellas merece una atención especial de parte del intérprete”. De
esta manera se señalo la importancia de tener en cuenta el tipo especial
literatura del texto del AT que se desee interpreta para poder hacerlo de una
manera idónea.
En el día de hoy se harán algunas precisiones que ayuden
en la interpretación de ese género literario, tan común en el AT y NT, llamado
“la narrativa”. Curiosamente la
Biblia está escrita en una gran parte en narración. Esto debe
hacer latente para el interprete cristiano un asunto: “la fe cristiana es una
fe histórica”. El cristiano no descansa su fe sobre un montón de argumentos
lógicos muy fácilmente comprobables por la razón, aunque los tiene (epístolas y
ley), la fe cristiana es que Dios se reveló (actuó, se manifestó), en medio de
la historia; de ahí le viene al cristiano la convicción de que si Dios se
manifestó allá, lo está haciendo hoy. Pablo dijo: “Si Cristo no hubiese
resucitado, vana sería nuestra fe” 1 Co 15.14; según mi interpretación de Pablo,
en este versículo es la realidad histórica de la resurrección la base firme
sobre la cual se construye la fe. REVÍSESE también 1 Jn 1.2-3.
Así pues, se puede afirmar que ningún otro género
literario se acomoda tan bien a este aspecto de la fe como lo hace la
narración; por esta razón, demanda del intérprete todo su esfuerzo para una
buena interpretación. De ahí, que ahora se enlisten los principios de
interpretación que se hallan en tres fuentes:
A. MARTÍNEZ.
Subraya la importancia de que se tenga en mente, por parte del intérprete, la
historicidad del texto. Muchos han querido desvirtuar la historicidad de la Biblia; sin embargo, esto
se da, en parte, porque los criterios de historicidad que hay en este tiempo
varían de los criterios de historicidad (o más bien, la forma en que se escribe
la historia) de los autores bíblicos; es decir, lo que hacen estos autores es
pedir que los autores de la
Biblia escriban no según lo cánones de su época, sino según
los cánones de esta época ¡Que absurdo!
B. FEE
(p. 70-71). Estos 10 principios que Fee trae a colación deben ser base
fundamental en la interpretación de las narraciones; por tal motivo no se
debatirán, ni se ampliarán aquí. Sin embargo, es necesario un par de asuntos:
a. Afirmar
rotundamente ese último principio que Fee dice: “En TODOS los casos, Dios es siempre el héroe de las narraciones
bíblicas”. El personaje principal de toda y cada narración del AT no son los
seres humanos es Dios. A pesar, de que del personaje humano se resalten sus
características emocionales, religiosas, morales, etc. es Dios el personaje
decisivo en cada historia.
b. Pablo
enseña: “… y estas cosas les sucedieron como ejemplo para nosotros” 1 Co 10.6
Así pues el interprete cristiano debe en el AT, especialmente en las
narraciones, escenas que de alguna manera ejemplifican algo para el cristiano
“sea bueno, o sea malo”.
C. SANCHEZ.
El valor más grande que se encuentra en este texto de Sánchez es que brinda un
método de interpretación de las narraciones. Para este autor hay tres asuntos
en los cuales el interprete se debe fijar: 1. Delimitación del texto y bosquejo
del mismo; 2. Fijarse en los personajes; 3. Estilo.
- Pautas de
interpretación de las profecías del AT
Lecturas
recomendadas:
FEE,
Gordon; STUART, Douglas. Los profetas: la imposición del pacto en
Israel. p. 147—166. EN : La lectura
eficaz de la Biblia. Miami : Vida, 1985. 224 p.
VOTH,
Esteban. La literatura profética. p.
244-271 EN: Descubre la Biblia. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2005. 550 p.
MARTÍNEZ,
J. M. Textos proféticos. p. 293-317
EN: Hermenéutica Bíblica. Terrasa,
Barcelona : CLIE, 1984. 586 p.
Fee y Voth casi cuerdan en decirnos que los tres
elementos hermenéuticos que debemos tener en cuenta para la interpretación de
la literatura profética son:
1. Contexto
histórico general del libro y particular del texto.
2. Delimitación
adecuada del texto. Los libros de los profetas no son en su mayoría libros que
contengan una idea general con todo el libro; lo que se debe hacer con ellos es
fijarse bien en donde empieza un oráculo y donde termina, de esa manera se
deduce que el contexto literario de una
profecía es el oráculo y no el libro.
3. Reconocer
la forma literaria. Al hablar de los profetas no estamos haciendo referencia a
un solo asunto, más bien nos estamos refiriendo a diferentes tipos de personas.
De la misma manera, al hablar de literatura profética no hay un solo tipo, sino
que existen diferentes tipos de literatura profética por eso es importante
distinguir la forma específica de profecía que estamos interpretando.
También
es importante en cuanto la profecía tener en cuenta las siguientes
advertencias:
1. Debemos
saber responder desde la
Escritura ¿Qué es profecía?
2. Debemos
tener claro el papel de la predicción dentro de la profecía israelita.
3. Debemos
distinguir entre los diferentes tipos de profetas que encontramos en las
Escrituras.
4. Debemos
conocer el banco común de temas que tratan los profetas.
- Pautas de
interpretación de la poesía del AT
Lecturas
recomendadas:
FEE,
Gordon; STUART, Douglas. Los Salmos: oraciones de Israel y nuestras.
p. 167—183. EN : La lectura eficaz de la Biblia. Miami : Vida, 1985. 224 p.
LEVORATTI,
Armando. La poesía bíblica. p.
198-215. EN : Descubre la Biblia. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2005. 550 p.
MARTÍNEZ,
J. M. Textos poéticos. p. 319-340. EN
: Hermenéutica Bíblica. Terrasa,
Barcelona : CLIE, 1984. 586 p.
Al hablar de escritura tenemos que decir que se puede
hacer de dos maneras: prosa o poesía. La prosa consiste en expresar lo que se
quiere comunicar de una manera directa usando el lenguaje que comúnmente se
utiliza. Sin embargo, la poesía consiste en dar a la comunicación un carácter
más elevado y expresarse de una manera más estructurada y delicada.
Los Escritores del Antiguo Testamento repetidamente
acuden a este estilo de escribir para comunicar sus mensajes; comúnmente se
cuentan entre los libros poéticos: Salmos y Cantar de los cantares. Sin
embargo, casi en toso libro del AT encontramos algo de poesía, especialmente en
los profetas. Levoratti acota: “el mensaje poético no puede comunicarse por un
medio distinto del poema mismo.
Hay varios asuntos que debemos tener en cuenta a la hora
de interpretar este tipo de literatura:
1.
Es importante conocer sus
características literarias.
2.
La poesía hebrea se dirigía
a la mente a través del corazón; por eso, sus palabras son intencionalmente
emotivas.
3.
El vocabulario de la poesía
es intencionalmente figurado; es decir, que se recurre constante e
intencionalmente a las figuras literarias: hipérbole, símil, metáfora y otras.
4.
Al hablar específicamente de
los Salmos es importante tener en cuenta el contexto cultural de cada salmo,
esto en dos direcciones: asuntos culturales mencionados en el Salmo y uso que
se le daba al Salmo estudiado en Israel.
5.
También en el libro de los
Salmos es importante distinguir los diferentes tipos literarios que se usan en
ellos. Los Salmos no son uniformes sino que son bien diferentes en sus formas.
Para otras pautas de interpretación de los Salmos véase MARTÍNEZ p. 328-333
6.
Algunos de los Salmos con
los que más cuidado debemos tener en nuestra interpretación y posterior
aplicación son los Salmos imprecatorios.
7.
En cuanto a las
interpretaciones acerca del libro de Cantares. Personalmente sólo acepto la
interpretación literal o lírica del libro.
- Pautas de
interpretación de la sabiduría del AT
Lecturas
recomendadas:
FEE,
Gordon; STUART, Douglas. La sabiduría: entonces y ahora. p.
185—202. EN : La lectura eficaz de la Biblia. Miami : Vida, 1985. 224 p.
SÁNCHEZ,
Edesio. Literatura Sapiencial. p.
272-287. EN : Descubre la Biblia. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2005. 550 p.
MARTÍNEZ,
J. M. Libros Sapienciales. p.
341-351. EN : Hermenéutica Bíblica.
Terrasa, Barcelona : CLIE, 1984. 586 p.
Aunque es muy popular la división del AT que contempla
los libros de Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y cantares como libros
poéticos, la verdad es que esto no es del todo correcto. Cualquier persona que
lee por primera vez el libro de Eclesiastés y luego lee un Salmo puede notar
cuan diferentes son; además y últimas la finalidad de cada uno de los libros es
bien diferentes. Así pues que esta primera clasificación lo que en verdad se
está haciendo es clasificar bajo una sola categoría lo que en realidad son dos,
poéticos: Salmos y Cantares, y sapienciales: Job, Proverbios y Eclesiastés.
La literatura sapiencial es una forma bien definida que
trata de “orientar la vida práctica en consonancia con la fe, aplicando a las
mil y una situaciones de la existencia humana las enseñanzas de la ley de Dios
de modo que se asegure una vida dichosa, digna de ser vivida”.
Algunos asuntos que se deben tener en cuenta para la
interpretación de estos libros son:
1.
Es preciso conocer el
fenómeno sapiencial dentro de Israel; una breve introducción a este tema será
de gran ayuda.
2.
Es necesario leer una buena
introducción a cada uno de los libros que están compuestos en este género
literario.
3.
Especialmente los libros de
Job y Eclesiastés es importante no leerlos por pedazos; lo mejor es leerlos de
una sola sentada.
4.
En cuanto al libro de
Proverbios es importante reconocer su carácter de colección e ir por cada una
de sus partes.
5.
Recordar que la sabiduría en
Israel no es conocimiento teórico sino forma de vida.
APENDICE
Resumen capítulo 3: Características de la poesía hebrea
El paso anterior a la traducción
de la poesía es entender su sentido, para esto se hace necesario conocer la
forma y los recursos poéticos pues son parte integral del sentido y ayudan a la
comunicación del mensaje.
Uno de los recursos poéticos más
importantes del hebreo bíblico es el paralelismo, este consiste en la semejanza
gramatical, semántica o sonora de dos o más líneas. Robert Lowth identificó
tres tipos de paralelismo: 1) sinónimo que consiste en dos líneas con sentido
muy idéntico; 2) antitético que es el contraste de ideas en dos líneas; 3)
sintético que consiste en que la segunda línea complementa y/o modifica la
primera, dentro de este tipo, también, se reconoce el paralelismo progresivo
que consiste en que la segunda línea expande la idea de primera. Esta clasificación
de Lowth ha sido puesta en tela de juicio durante los últimos años debido a que
a los estudiosos les resulta muy simple, por tal razón han señalado una gama
más extensa de relaciones que pueden existir entra dos o más líneas paralelas
de poesía hebrea.
La endíadis es otra figura que se
ha reconocido ampliamente en la poesía hebrea; esta figura expresa una idea
mediante un par de términos coordinados.
Una variante del paralelismo es
la estructura quiástica que por no ser tan frecuente sobresale en el texto
indicando el clímax del poema o algún aspecto de importancia. La estructura
quiástica consiste en ordenar en dos líneas poéticas elementos semejantes pero
en orden inverso.
La poesía hebrea contiene muchos
ejemplos en los que se repiten líneas poéticas, a esto generalmente se le llama
estribillos o ritornelos y pueden
ocurrir después de una o varias líneas y pueden llegar a indicar el final de
una unidad poética.
La inclusión es un recurso que se
puede usar tanto en la prosa como en la poesía hebrea y se trata de una palabra
o frase que se repite al principio y al final de una unidad literaria; sin
embargo, hay oportunidades en las que no se repiten literalmente sino que se
reproduce variantes que tienen el mismo significado y no necesariamente al
principio y al final sino que están en la introducción y en la conclusión.
Los efectos sonoros son claves en la poesía y el hebreo tiene varios
recursos a su disposición, varios de ellos son sólo perceptibles en una lectura
del texto original.
Entre estos recursos sonoros se
encuentran el acento, la sílaba y el metro
que en ocasiones son piezas claves del paralelismo del que ya se habló. En
hebreo mayormente las palabras tienen acento en la última sílaba y el patrón
sonoro más común es de tres acentos en cada hemistiquio (3+3), pero este aunque
es el más común no es el único patrón sino que se pueden distinguir otros.
Otros dos recursos sonoros
importantes son la aliteración y la asonancia, el primero consiste en la
reiteración de consonantes y en algunos casos son onomatopeyas; la asonancia es
la repetición de sonidos vocálicos y cuando ocurre puede indicarnos alguna
interrupción de importancia.
Ritmo y rima elementos típicos de
la poesía española no lo son de la hebrea, sin embargo en algunas ocasiones se
pueden encontrar uniendo dos oraciones con idea similar.
Un último recurso de sonido
dominante de la poesía hebrea son los juegos de palabras que consisten en usar dos palabras de sonido o sentido semejante
en un mismo contexto, se usan en sentido humorístico.
James Kugel propuso que los
rasgos de la poesía hebrea se pueden encontrar igualmente en los demás géneros,
así que los rasgos poéticos ya anotados y los que se anotarán no son exclusivos
de la poesía sino de la literatura hebrea en general.
El hebreo, como todos los
idiomas, hace uso de figuras del lenguaje como la metáfora, el símil, la
personificación, los antropomorfismos, la sinécdoque y la metonimia, y ante la
presencia de estas figuras es necesario reconocerlas y darles la debida
importancia y manejo que cada una implica.
Algunos otros recursos
estilísticos que se deben tener en cuenta en hebreo son preguntas retóricas,
preguntas pedagógicas, hipérbole, ironía, sarcasmo, y repetición de un término;
todos estos recursos están para enriquecer el texto y en la medida en que se
comprendan se puede comprender mejor el mensaje del texto.
Un último recurso literario es el
cambio de persona gramatical en medio de un texto; este tiene diferentes
funciones: puede ser un indicador de estructura que señala el principio, el
final o el punto culminante de un poema y puede comunicar toda una variedad de
sentimientos y actitudes.
Algo más que se debe tener en
cuenta en la poesía puede son las unidades literarias que a saber son dos: la
estrofa, conjunto reducido de líneas poéticas, y la estanza que es un conjunto
de estrofas. Estas unidades poéticas pueden distinguirse por el uso de varios
de los diversos recursos literarios señalados anteriormente.
Hay algo a lo que se le llama
licencia poética y tiene que ver con la desviación intencional que hace un
autor de un uso común de algún elemento en su composición. Este recurso lo usa
el poeta para expresar su mensaje de manera más contundente y emotiva de forma
que llama la atención del lector por la irrupción.