sábado, 30 de junio de 2012

Documento clase vacacional


Justificación ¿Por qué es importante estudiar hermenéutica?
El deseo más profundo del corazón de aquellos que hemos sido salvados por Dios es conocerlo más, y esto sólo lo logramos por medio de una profunda relación de intimidad con él. Esa intimidad la logramos al menos de dos formas: una, hablando con él mediante  la oración; dos, escuchándolo a él. Los cristianos evangélicos creemos que  es mediante la Biblia que oímos de forma más certera la voz de Dios. Quizás no es la única, pero cualquier otro medio por el que escuchemos la voz de Dios no puede contradecir el mensaje de la Escritura. En la Biblia encontramos lo que Dios dice de él y su voluntad expresa para el hombre. Así pues, la Biblia asume la función de norma superior para el conocimiento de Dios.

Por lo anteriormente dicho debemos entender que hay dos razones vitales para que los cristianos conozcamos la Escritura: una, a través de ella conocemos a Dios; dos, a través de ella lo damos a conocer.

Sin embargo, el problema es que un texto escrito se puede malinterpretar si no se usan las normas adecuadas para entenderlo. Lo anteriormente dicho no sólo es verdad para la Biblia sino para cualquier texto escrito. Así pues, para el entendimiento de un texto se hace necesario seguir ciertas normas que nos ayuden a entender (interpretar) correctamente el texto. Pues bien, eso es a lo que se dedica la hermenéutica bíblica; se dedica a determinar cuáles son las reglas que se deben seguir para la correcta interpretación.


¿Qué es hermenéutica bíblica?

Es el arte de interpretar la Biblia y el conjunto de procedimientos que se siguen para ello. La hermenéutica comprende dos tareas: una, exégesis; dos, actualización.

Exégesis es entender el mensaje de un texto cuando se escribió originalmente. Actualización es hallar la relevancia del mensaje del texto bíblico para el mundo del lector.


Dos preguntas básicas

A partir de las dos tareas de la hermenéutica se desprende que hay un par de preguntas que el intérprete bíblico debe hacerse:

a.    Pregunta exegética: ¿Cuál fue el mensaje que Dios por medio del autor quiso dar a su audiencia original?
b.    Pregunta de actualización: ¿Cómo aplico ese mensaje hoy?

Aunque parecieran un par de preguntas fáciles de responder no lo son, si queremos hacerlo bien. Pero, lo anteriormente dicho no debe desanimarnos pues contamos con la ayuda del Espíritu Santo quien nos guiará a toda verdad. Pero tampoco, la guía del Espíritu, debe hacernos irresponsables. Así que, manos a la obra: hagamos nuestra tarea y descansemos en que el Espíritu Santo hace la de él.
PREGUNTA # 1
¿Cuál fue el MENSAJE que Dios por medio del autor quiso comunicar a su audiencia original?

Para responder esta pregunta como dicen Duvall y Hays “hemos de determinar lo que los textos significaron en su contexto original”[1], es decir que debemos:

1.    Hacer el análisis del TRASFONDO HISTORICO DEL LIBRO que estamos estudiando; hay cuatro asuntos que debemos investigar:

a.    Autor:                   ¿Quién escribió el libro? (No sólo el nombre)
b.    Destinatarios:     ¿A quién(es) se le escribió el libro?
c.    Fecha:                 ¿Cuándo se escribió el libro?
d.    Circunstancias  ¿En qué circunstancias estaban tanto el autor como los destinatarios? ¿Dónde estaban? ¿Cómo estaban? Etc.

PARA TENER EN CUENTA: Hay libros de la Biblia de los que no se sabe a ciencia cierta su trasfondo histórico, por ejemplo algunos libros históricos, poéticos y sapienciales del Antiguo Testamento. En estos casos debemos hacer la interpretación sin tener en cuenta este asunto; pero esto es una excepción, no la regla.


¿CÓMO AVERIGUARLO? Para averiguar estos asuntos debemos recurrir a:
1.   En primer lugar al contenido mismo del libro. Luego a:
2.   Biblias de estudio
3.   Diccionario bíblico
4.   Introducción a la Biblia
5.   Introducción al Antiguo Testamento
6.   Introducción al Nuevo Testamento
7.   Comentarios bíblicos
2.    Hacer el análisis del TRANSFONDO HISTÓRICO DEL PASAJE que estamos estudiado.

En el paso anterior estudiamos lo referente a todo el libro. Eso es importante aunque también hay que fijarnos en los asuntos puntuales del pasaje que estamos estudiando. Dos asuntos son importantes:
a.    Cultura: Si el texto hace alusión a algo que tenía que ver con costumbres, grupos u otros asuntos de la época en que se escribió o que tuvieron lugar los hechos de los que nos está contando debemos averiguar sobre ello.
b.    Geografía: Algunos pasajes hacen referencia a lugares, cuando esto sucede es muy importante investigar sobre ellos.

¿CÓMO AVERIGUARLO? Para averiguar estos asuntos debemos recurrir a:
1.    Los mencionados en el punto anterior pueden ayudar; hay un par más:
2.    Comentarios de contexto cultural.
3.    Atlas bíblico.

PELIGROS PARA EVITAR:
En su libro DUVALL y HAYS[2] señalan tres peligros que debemos evitar en lo referente a esta pauta de interpretación:
1.    Ignorar el contexto histórico, es decir, no tener en cuenta esto.
2.    Hacer caso de información errónea.
3.    Olvidarnos de buscar el mensaje del texto por averiguar información histórica y cultural.


PAUTAS PARA INTERPRETAR LA LEY DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Los libros de Éxodo a Deuteronomio contienen el pacto de Dios con el pueblo judío, es decir, lo que los cristianos conocemos como “el Antiguo Testamento”. Por tanto, se deben hacer unas apreciaciones sobre el acercamiento que los cristianos debemos hacer a ellos:
1.    Estos libros son Palabra de Dios para los cristianos. Son Palabra de Dios en el sentido que nos revelan el carácter y obrar de Dios.
2.    Los mandatos y promesas que se encuentran en estos libros no son aplicables para los cristianos, a menos que, hayan sido renovadas en el Nuevo Pacto, es decir, en el Nuevo Testamento.
3.    Las historias que en ellos se encuentran sirven como ejemplo, positivo o negativo, para nosotros (Heb 4:11).
4.    Los cristianos debemos conocer y comprender el contenido de estos libros para poder leer y entender el resto de la Biblia. La comprensión de estos libros nos ayudará a entender el pacto del que se nos habla en el Nuevo Testamento, el pacto que sí nos incluye.

PAUTAS PARA INTERPRETAR LA LITERATURA APOCALÍPTICA[3]
A.   Contexto histórico
B.   Género literario combinado: Carta, profecía y apocalíptica.

1.    Leamos el Apocalipsis con humildad.
2.    Intentemos descubrir el mensaje dirigido a los primeros lectores.
3.    No intentemos desarrollar un estricto mapa cronológico de acontecimientos futuros.
4.    Tomemos en serio el libro de Apocalipsis.
5.    Prestemos atención cuando Juan identifica una imagen en concreto.
6.    En nuestra interpretación de imágenes y símbolos hemos de buscar respuestas en el Antiguo Testamento y en el contexto histórico.
7.    Por encima de todo, hemos de centrar nuestra tención en la idea principal y no querer encontrar un significado a todos los detalles.
PREGUNTA # 1
¿Cuál fue el MENSAJE que Dios por medio del autor quiso comunicar a su audiencia original?

Para responder esta pregunta debemos determinar lo que los textos significan en relación a los que les circunda, es decir que debemos:

3.    Hacer el análisis del CONTEXTO LITERARIO del pasaje que estamos estudiando, esto incluye:
a.    Delimitar el pasaje: ¿Dónde comienza y dónde termina?
b.    Género literario o tipo de literatura ¿Qué debo tener en cuenta para entender este género literario o este tipo de literatura?
c.    Bosquejo del pasaje ¿Cómo se puede dividir el pasaje?
d.    Contexto inmediato ¿Qué está antes y qué está después? ¿Cuál es la relación entre estos pasajes?
e.    Estudio de términos ¿Qué significa exactamente esta palabra en español? ¿Qué significaba esta palabra en el idioma original?
f.     Observación del pasaje ¿Qué dice el texto? ¿Qué cosas se comparan? ¿Qué cosas se contrastan? Etc.
g.    Figuras literarias ¿Hay metáforas? ¿Hay símiles? ¿Hay hipérboles? Etc.


PREGUNTA # 1
¿Cuál fue el MENSAJE que Dios por medio del autor quiso comunicar a su audiencia original?

Para responder esta pregunta debemos determinar lo que él o los autores creían en cuanto a Dios, es decir que debemos:

4.    Hacer el análisis TEOLÓGICO del pasaje que estamos estudiando, esto incluye:
a.    ¿Qué relación tiene este texto con el resto de la Escritura?
                                  i.    Pasajes del mismo mensaje
Son aquellos pasajes que relacionamos con el texto porque abordan la misma temática del pasaje que estemos estudiando. Ejemplo de esto es: Prov. 6:6-11; 2 Tes. 3:6-15; estos textos guardan alguna relación porque ambos hablan sobre la importancia de la “laboriosidad”. Estos pasajes nos ayudan a ampliar o confirmar la enseñanza bíblica respecto a un tema.

                                ii.    Pasajes paralelos
Son aquellos pasajes que son semejantes al que estemos estudiando; un texto que aparece más de una vez. Ejemplos:
a.   Mat. 8:28-34, Mar. 5:1-20 y Luc. 5:27-32.
b.   Éx. 31:18-32:35 y Deu. 9:6-29.
c.    2 Re 18: 13-37, 2 Cr. 32:1-19 e Is. 36:1-22.
Los pasajes paralelos nos ayudan a ampliar la información sobre el texto que estamos estudiando. Es importante revisarlos y ver que información extra nos brindan.

                               iii.    Cita explícita
En ocasiones los autores bíblicos  (especialmente en el NT) citan de manera explícita partes de libros que se escribieron antes; esos libros forman el fundamento teológico de sus libros. Los autores del NT usan los libros del AT como su soporte; los profetas y otros autores del AT usaron la ley como el soporte de sus libros, especialmente se apoyaron en el libro de Deuteronomio. Ejemplo: Marcos en la introducción de su libro dice abiertamente “Como esta escrito en Isaías el profeta” y a continuación anexa un par de citas (Mar. 1:2-3): Mal. 3:1 e Is. 40:3. Notemos que Marcos explícitamente nos está diciendo que estas palabras están tomadas de un libro anterior.

En los casos en que hay una cita, una referencia, una alusión o un eco el proceso que debemos seguir es el mismo:

1.    Comparar y contrastar el texto citado en el pasaje que se está estudiando y en su contexto original.
2.    Estudiar el texto citado en su contexto y tratar de comprender la idea del autor (cuando un autor cita otro versículo eso incluye tener en cuenta el contexto).
3.    Analizar las implicaciones que tienen las observaciones hechas del versículo citado en su contexto original en el pasaje que estamos estudiando.

                               iv.    Referencia: Llamamos referencia a las citas implícitas que autores bíblicos hacen de otros libros bíblicos. Ejemplo: Marcos 4: 12 no dice “como está escrito en Isaías el profeta” pero coloca las palabras que están en 6:10.

                                v.    Alusión: llamamos alusión cuando se usan un par de palabras que traen a la memoria unas palabras que están en otro libro bíblico. Ejemplo: Marcos 11:17 dice “cueva de ladrones” estas palabras debieron haber hecho pensar a sus oyentes en Jer. 7:11.

                               vi.    Eco: llamamos eco cuando el autor no cita ni explícita, ni implícitamente un pasaje, tampoco usa palabras de un pasaje anterior pero la escena que nos presenta hace inevitable que pensemos en un suceso de un libro que le antecede. Ejemplo: Mateo 2:16-18 nos cuenta la historia de la masacre de los niños; este pasaje nos debe hacer pensar en Éxodo 1 cuando faraón ordena la matanza de los niños.

                              vii.    Tipología: Esto ocurre puntualmente en comparaciones que hacen autores del NT de personas, instituciones y otros, con personas, instituciones y otros del AT. Ejemplo: Jesús dijo en Juan 3:14 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre”; Jesús se estaba comparando con la serpiente de bronce que hizo Moisés. Ahora bien, hay algunos peligros que se deben evitar con las tipologías:

1.    Las comparaciones no se deben extender más allá de lo que evidentemente el autor quiere que lo entendamos. Es decir, cuando Jesús se compara con la serpiente de bronce lo que se nos está diciendo es que Jesús va a ser levantado, crucificado, para que podamos poner los ojos en él y vivir (como por mirar a la serpiente de bronce vivían a pesar de las picaduras de las otras serpientes). Resultaría ridículo tratar de decir que así como la serpiente era de bronce Jesús sería de bronce o cualquier tipo de asunto así; tengamos cuidado de no extender las tipologías a puntos risibles.
2.    Los interpretes, nosotros, no estamos en autoridad de establecer nueva tipologías, estas ya fueron establecidas por los autores del NT. Nuestro papel es entender las que ellos formularon no establecer unas nuevas. “Es que Jesús es como Josías porque…” si el NT no establece la tipología no es valido hacerla.
3.    Las tipologías funcionan de delante hacia atrás, no de atrás hacia delante. Es decir, al predicar Éxodo 21:1-9 no podemos decir que esa serpiente era Cristo y que los Israelitas en verdad están viendo a Jesús; eso no es el sentido que el autor de Éxodo le quiso dar a sus palabras.
b.    El concepto de revelación progresiva[4]
Un asunto importante al interpretar la Biblia es el concepto de “revelación progresiva”. Al hablar de revelación progresiva estamos diciendo que una enseñanza, concepto, acción o mandato del AT es parcial o incompleta sin la revelación del NT; por tanto, al estudiar el AT, debemos ver si el NT amplía, completa o modifica lo que el pasaje del AT nos enseña.

c.    Preguntas: hay algunas preguntas que nos ayudan a ver que se expone a nivel teológico en un pasaje:
¿Qué dice este texto sobre Dios y su obra?
¿Quién es Dios en este texto?
¿Qué se nos dice de Dios en este texto?
¿Cómo se describe?
¿Quién es el ser humano?
¿Qué se nos dice sobre el hombre?
¿Cómo se describe?
¿Qué nos dice sobre el pecado?



[1] DUVALL, Scott; HAYS, Daniel. Hermenéutica entendiendo la Palabra de Dios. Barcelona : CLIE, p. 139.
[2] IBID, p. 147-148
[3] Consulté los libros de FEE Y DUVALL para esta parte; aunque las siete pautas que se mencionan son tomadas de Duvall y Hays.
[4] SPACHT, Randall. Estudio Bíblico Metódico, manual. Publicaciones FUSBC : 2007 p. 83-84.